viernes 17 de mayo de 2024

Cumple 104 años

La historia de Catalina, vecina bolivarense que nació un 30 de abril "ciento y pico de años pa' atrás"

Una vida de trabajo, crianza y despedidas. Goza de buen estado de salud e imprime un gran sentido del humor.

La historia de Catalina, vecina bolivarense que nació un 30 de abril "ciento y pico de años pa' atrás"
Foto: Pilar Posadas.
Foto: Pilar Posadas.
martes 30 de abril de 2024

Este martes 30 de abril cumple años quien quizás sea la persona más longeva del partido de Bolívar. Catalina Rodrigo atravesó toda su vida entre el campo y la ciudad, entre Bolívar y Urdampilleta. Se casó, tuvo hijos, nietos y bisnietos. A sus 104 años, y con gran sentido del humor, dice: "Déjenme tranquila, yo ya viví mi vida".

Fue un día de abril cuando PRESENTE la visitó, y si bien ella estaba al tanto, en los últimos meses ha experimentado la pérdida de la memoria. "Venimos a hacerte una nota para el diario", se le explicó y ahí no más dijo: "Hablen entre ustedes, a mi déjenme de joder".

Catalina nació el 30 de abril "ciento y pico de años pa' atrás", dice. Vivió su infancia y adolescencia en Urdampilleta y luego se mudó al campo, en Bolívar. Desde muy chica trabajó junto a su hermana 'Chela' juntando maíz, huevos de gallina, criando patos, entre tanta otras cosas. "Éramos las que más andábamos, siempre me gustó el campo", recuerda.

 

Catalina Rodrigo. Foto: Pilar Posadas.

 

Su padre y su madre vinieron a trabajar de España, por separado, y se conocieron en Argentina, donde finalmente se hicieron novios. "Muy buenos padres. Mi papá era un santo, muy trabajador y todo te perdonaba. Mamá era más enérgica", cuenta.

Durante la conversación Catalina tuvo muy presentes a Gabriel, su marido, con quien se casó a los 31 años y tuvo dos hijas, Elena y Norma Sardón. Pero también a Miguel Ángel, justamente, un ángel que partió a sus ocho meses de vida.

 

Catalina junto a Norma (izquierda) y Elena (derecha). Foto: Pilar Posadas.

 

A lo largo de sus 104 años Catalina sólo atravesó una o dos operaciones, alguna caída y, lo más reciente, la pérdida ocasional de la memoria. "Hasta los 103 estaba completamente lúcida", contaron sus hijas. Hasta no hace mucho también se quedaba sola en su casa, situación que se interrumpió luego de celebrar el centenario de su nacimiento.

Si bien hace tiempo que no lo hace, Catalina reconoce que era muy buena bailarina. "Íbamos a los bailes de campo con mi familia. Yo se bailar tango, ranchera, paso doble... Se bailar todo", expresa.

Para finalizar, dijo: "Mi vida ha sido buena, he hecho mucho caso a todo y he trabajado como una perra". Una vez jubilada, se mudó a su casa actual en la ciudad y pasa sus días entre tejidos, televisión y dibujos que la ayudan a ejercitar la motricidad. En las naipes prefiere el Chin Chon porque "la escoba es medio secote, no me gusta".

 

Foto: Pilar Posadas.

 

Agradecimiento

 

"¿Y a estos chicos no les van a ofrecer nada? Andá, preparales un mate", ordenó Catalina a sus hijas pasado un largo rato de una conversación que las movilizó notablemente.

Desde PRESENTE agradecemos la cordialidad tanto de ellas tres como de María Eugenia, nieta de Catalina, quien buscó (y encontró) el momento para poder conversar con su abuela y reseñar parte de su vida en estas páginas.

 

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