Franchesca es una niña que atravesó un complejo cuadro de salud por el cual los profesionales del hospital de Bolívar la derivaron al Hospital Materno Infantil de Azul, donde fue internada en terapia intensiva pediátrica. En la actualidad, volvió a su casa y su familia emitió un comunicado de agradecimiento por la solidaridad recibida en ese momento.

La familia de la niña debió afrontar una difícil situación e importantes gastos durante su estadía en Azul acompañando a Franchesca, una niña de 6 años, que padeció un cuadro de neumonía en un pulmón y una crisis asmática.

En esa oportunidad, Juan, compañero de trabajo de Ezequiel, el papá de Franchesca, solicitó difusión a PRESENTE para que la comunidad pueda colaborar con la familia bolivarense que tuvo que instalarse en la ciudad de Azul y por un tiempo debieron cubrir gastos de hospedaje, traslado y comida.

En la actualidad, la niña recibió el alta en Azul y volvió a Bolívar con su familia. Tamara, su mamá, compartió un texto a modo de agradecimiento por el apoyo brindado durante ese difícil momento que les tocó atravesar.

“Ya en casita. A Fran le quedaron secuelas por falta de oxígeno pero gracias a Dios será tratada con la neuróloga y con su pediatra. Les queremos agradecer a toda esa gente por sus buenas vibras, por cada rezo y por la ayuda que nos dieron”, comienza la publicación de la mamá de Franchesca.

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Entre los agradecimientos, Tamara mencionó al Hospital de Niños de Azul, personal médico y enfermeras, a vecinos y vecinas de esa ciudad. También a las doctoras y enfermeras de Bolívar que “estuvieron pendientes y preguntaban todos los días como iba evolucionando Fran” y a Juan que se comunicó con los medios locales para visibilizar la situación.

A su vez, la familia reconoció la tarea de “las mamis de la escuela donde va Fran que hicieron urnas para ayudarnos en los gastos que tuvimos allá y la gente que también nos ayudó transfiriendo y con tan poco nos ayudó muchísimo, a los que hicieron rifas también les agradezco de corazón”.

El agradecimiento se extendió a las localidades de Urdampilleta, Pirovano y la ciudad de Daireaux, desde donde enviaron mensajes de aliento, y a familiares y amigos que “son un montón, están en todas partes, nunca nos dejaron que bajemos los brazos, siempre diciéndonos que todo va estar bien, que Dios no nos iba a dejar solos y así fue, nunca nos dejó”.

Por último, Tamara dedicó unas palabras a su hija: “mi pequeña guerrera que la luchó para poder estar hoy acá con nosotros, volviendo a estar los 4 juntos en casita. La va a seguir luchando para que se vayan todas esas manchitas que le quedaron en su cabecita y nosotros con ella. Siempre confiando en Dios”.

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