Detuvieron y procesaron a cinco militares retirados por las desapariciones de dos bolivarenses en dictadura

Cinco militares de la última dictadura en Argentina fueron procesados en los últimos días por el juez Alejo Ramos Padilla, acusados de asesinar a los bolivarenses Griselda Ester Betelu y Raúl Martín Alonso. Tres de los represores ya estaban detenidos por otros crímenes de lesa humanidad, pero dos de ellos todavía seguían en libertad y quedaron bajo prisión preventiva.

Según información publicada por Página/12, los militares retirados Carlos Alberto Bazán, Eduardo Arturo Laciar, Ángel Francisco Fleba, Carlos Felipe Maisonnave y Augusto Caselli Gracés, fueron procesados luego de que este último reconociera haber participado, la noche 8 de marzo de 1977 y madrugada del 9, de un brutal operativo en la casa donde vivían Griselda y Raúl en el barrio platense de Villa Elisa.

Días antes, Ramos Padilla había ordenado detener a Caselli Gracés y a Maisonnave. Los dos estaban en libertad, fueron arrestados en un operativo que estuvo a cargo de la Prefectura y ya fueron indagados por el juez. Únicamente Caselli Gracés aceptó declarar. Bazán, Laciar y Fleba, por su parte, ya estaban detenidos y condenados a prisión perpetua por un operativo en el que arrasaron a otra familia en Berazategui y se llevaron secuestrada a una niña de doce años.

Aquella noche de marzo de 1977, cientos de efectivos del Batallón 601 de City Bell y del Regimiento de Infantería 7 de La Plata abrieron fuego con fusiles y una bazuca en contra de la casa de Villa Elisa. Adentro estaban Griselda, de 29 años, cursando un embarazo de tres meses y Raúl de 26. Como preámbulo del brutal operativo, las fuerzas de seguridad habían ordenado a los vecinos del barrio que se encerraran en sus hogares y frenaron el trayecto del ferrocarril Roca.

En el frente de la vivienda quedó un boquete después de que los represores tiraran con la bazuca. Para Ramos Padilla, quedó en claro que se trató de un cerco y se buscaba el aniquilamiento de las personas que eran cercadas.

En su informe publicado por el matutino, la periodista Luciana Bertoia también contó que un testigo de la causa declaró que “vio cómo sacaron los cuerpos calcinados de Betelu y Alonso en la madrugada“. Y agregó que los restos de ambos fueron enterrados como NN en el cementerio de La Plata, pero luego pasaron al osario y fue imposible practicar los análisis para reconocerlos. En el sitio oficial del Estado argentino, Griselda y Raúl figuran como detenidos desaparecidos en el marco del Terrorismo de Estado.

En su libro Policronía, cuya tercera edición fue lanzada recientemente, el escritor Miguel Gargiulo cuenta la vida de Griselda y Raúl antes y después de conocerse; sus épocas como estudiantes y luego como trabajadores. Además, relata con información de primera mano los detalles del mounstroso operativo persecutorio que la dictadura llevó adelante.

Griselda nació en Bolívar el 7 de septiembre de 1947. Fue la tercer hija de Ilda Margot Sannutto y Ángel Betelu. Durante su infancia realizó la disciplina de patín artístico en el Club Empleados de Comercio y cursó parte de sus estudios primarios en la Escuela N° 1. Luego debió mudarse a Olavarría junto a su familia, ingresó a la Escuela N° 17 y el nivel secundario lo hizo en la escuela Normal Estrada. Años después la recibió la ciudad de La Plata, donde se recibió de psicóloga y trabajó en la Dirección General Impositiva (DGI).

En la capital bonaerense, formó pareja con Raúl Alonso, un militante de la agrupación Montoneros y comprometido con la causa peronista. Había nacido en Bolívar el 21 de agosto de 1950, hijo de Mabel Echegaray y Abelardo Alonso. Cursó la educación primaria en la Escuela N° 1 y la secundaria en el Colegio Cervantes. En La Plata estudió contabilidad y trabajó en el ferrocarril y en los tribunales provinciales. En vísperas del Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, Raúl había decidido pasar a la clandestinidad al igual que muchos otros jóvenes.